Sobre la presencia de otros seres
- Pedro Thorin

- Jan 19, 2022
- 2 min read
Updated: May 28, 2024
Cuando pienso en el ser humano me es imposible disociar los alcances que tiene nuestra especie para evocar el universo oculto que posee en su interior.
Sea cual sea el origen de esta extraña facultad, el arte siempre ha sido un medio que ha podido desplazar y/o canalizar todo tipo de sensaciones cognitivas que no solamente se limitan a las más básicas formas de contacto con la realidad. Es en ese sentido, que al reconocer "los otros seres" que habitan el mundo aparente, es inevitable concebir las ideas que vinculan la espiritualidad y la construcción de una serie de entidades que diversas culturas reconocen; atribuyendo nombres, personalidades e incluso formas de relacionamiento con aquellas criaturas que nacieron en el multiverso de nuestra condición.
Hoy en día, pese a que persiste una memoria histórica sobre cómo vinculamos estos seres a nuestra vida, las doctrinas religiosas o las interpretaciones simbólicas que se han fundido en una extensa variedad de sincretismos, despertando enormes similitudes bajo el efecto de la globalización y los fenómenos que evocan las grandes incógnitas de la vida. De modo similar a la ciencia, debido que al integrar los mitos y leyendas de la fé ciega en los métodos de predictibilidad que Descartes, Popper y diversos filósofos han instaurado dentro de las premisas del mundo moderno, se sigue manteniendo un foco de atención hacia aquello que pareciera no ser parte de la dimensión que nuestros limitados sentidos han permitido percibir.
A todo esto, lo que pareciera estar describiendo la existencia de distintas presencias no-humanas no son los experimentos de laboratorio ni la extenuante lectura de textos antiguos, sino más bien, es la catarsis que permite la expresión del arte; pues al pensar en los objetos, las formas y las sensaciones que transmiten las presencias de diversas muestras, podremos vernos reflejados como una sola identidad, la humana, la que llama a la búsqueda del ser y a la formulación de imaginarios constituidos por la referencia del mundo aparente.

Encéfalo, 2017 (Primer contacto con la acuarela)
Aunque pareciera extraño o algo narcisista analizar mis propias creaciones para referenciar aquello que busco evocar en este texto, creo que es pertinente enunciar que a través del arte se han podido manifestar grandes rasgos de lo que fuí y lo que actualmente soy. Pensar que la identidad de un objeto estará constituida por su forma no es suficiente para comprender que en cada creación se encuentra una huella de otro ser. Esta presencia es la que había de sujetar la posibilidad que la metafísica, el misticismos o diversas corrientes filosóficas/religiosas confabulan para evocar la interconección de todas las cosas físicas e imaginarias, una mezcla del mundo inteligible y sensible del que ha mantenido viva la esencia de Platón con su célebre alegoría de la caverna.
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